Viene de una familia dé agricultores, sus antepasados paternos y maternos lo fueron. Su padre fue agricultor y Guillermo Hargreaves Cortínez, su marido, también.
Hija de Belisario Velasco Moreno —agricultor de corazón—, y de Constanza Baraona Ortúzar — esposa y madre inmejorable. Vivían en San Miguel, un fundo que queda en Romeral, camino a los Queñes. Tuvieron cuatro hijos: Belisario, Isabel, Ismael y Patricio. Constituyeron una familia muy unida e inseparable.
Explica su machismo por la crianza que tuvo al alero de su padre y hermanos:
Me crié bajo la protección del padre y tres hermanos sanos, fuertes e intachables., Pienso que de ahí viene mi tendencia al machismo. Creo que para sentirse realizada, una mujer no puede pasarse sin el apoyo, consejo, amistad y amor de un hombre.
De origen curicano describe su infancia recordando a “Don Garra”, el hombre que le daba cigarrillos hechos por el mismo o la señora Celia, quien le fiaba en la pulpería. Además de las aventuras que la llevaban explorar hasta el río Teno: “Ese lugar, de belleza tan opuesta al resto de mi tierra, era el que más me atraía. La lucha de las plantas por subsistir me acongojaba”.Educada en las Monjas Argentinas, a temprana edad sintió pasión por el ballet: “Sentí pasión por el ballet. Fui alumna de los talentosos bailarines clásicos Nina y Vadim Sulima. Ellos hacían clases en el tercer piso del Teatro Municipal; en una enorme sala que en los días de lluvia era invadida por tarros colocados bajo cada gotera, a fin de evitar inundaciones. Se fueron los Sulima. No fui bailarina. Entonces me interesé por la guitarra ; apenas toco en tres cuerdas. Finalmente me casé, mi vocación fue mi marido. Mi gran error, el quererlo demasiado”.Coincide con la calificación de “poetisa trágica” y dice “Gloria Urgeles, en su página Femenino me calificó de “poetisa trágica”. Esta gran periodista fácilmente podría ser psicóloga. Todo lo tomo a lo trágico, no puedo superarme, no tengo remedio. El poema es un gran amigo a quien puedo contar — sin detenerme a imaginar— todo mi sentir, angustias y soledades. Creo que por esta razón mi poesía, la más de las veces, carece de metáforas”Dedicó parte de su amor, afectos y poemas a sus sobrinos pues no tuvo hijos.Fue parte del Grupo Fuego de poetas y luego “la querida Sociedad de Escritores, donde conocí a los prosistas y a otros poetas. La Casa del Escritor, mi segundo hogar. Los escritores, mi nueva familia”Menciona a María Luisa Bombal como su amiga entrañable y sincera. Y se autodefine como “enormemente crédula, temo a los gatos negros, pasar bajo las escaleras, los paraguas abiertos dentro de la pieza, derramar sal sobre el mantel y al número 13. Leo mi horóscopo y para resguardarme del mal, invento sortilegios, maleficios y beneficios que me dejan muy tranquila”Su obra fue reseñada por críticos literarios. Ella define su pasar como “la vida nos obliga a nacer, crecer y dar; que no se puede ser espiga verde toda una vida sin darnos cuenta que se va la cosecha”
Fuente
LABOR GREMIAL.
La labor gremial de la escritora comenzó en 1973. A raíz del golpe de Estado, el directorio de la entidad se deshizo, ya que muchos de sus integrantes tuvieron que salir al exilio. El presidente de SECh, Luis Sánchez Latorre, llamó a algunos socios a conformar un “directorio de emergencia”, uno de cuyos integrantes fue Isabel Velasco. Ella estuvo por más de una década en ese cargo.
Una de las cosas que más la enorgullecen es haber sido presidenta y fundadora de la Comisión de Derechos Humanos de la SECH, en 1980. Esa agrupación se preocupaba de proteger a los escritores que sufrían algún tipo de persecución.
A mediados de la década de los 90’s fue elegida Presidenta de la Sociedad de Escritores.
¿Qué la mueve en su escritura?
– Cuento la historia de alguien, un tiempo escribí algo de realismo en cuentos, lo que viví y sentí, lo que veo de la gente, me gusta retratar y manejar la vida de las personalidades que creo.
Como hermana de Belisario Velasco, ¿se relacionó con la política y eso se reflejó en su escritura?
– Sí, me relacioné con la política, trabajé cuatro años con la señora Leonor y seis con Martita en Prodemu, pero no se reflejó en mi escritura.
¿Qué rescató de la experiencia de los libros que hizo con mujeres de distintas partes de Chile?
– Ahí me salía el feminismo, que la mujer no tenía por qué estar en la cocina o lavando ropa. Buscábamos una mujer que sobresaliera y encontramos verdaderos talentos.Fuente
Bibliografía
- 1971, Sol, dónde estás.
- 1972, Cardos
- 1975 Tú, ayer “Del silencio”, “El tiempo detenido abrió espacios”
- 1988, novela “Recuerdos del Olvido”
- 1994, novela Camino del Alba
- 1999, libro de cuentos, “Obsesiones”